Los antioxidantes juegan un papel crucial en la protección del cuerpo contra los daños causados por los radicales libres, los cuales se asocian con el envejecimiento y diversas enfermedades. Una dieta rica en frutas, verduras y otros alimentos plant-based es una fuente excelente de antioxidantes naturales. Alimentos como las bayas, los cítricos, los vegetales de hojas verdes y el té verde están repletos de compuestos antioxidantes que pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico.

Además de la dieta, los suplementos con antioxidantes como el resveratrol, la vitamina C y la vitamina E pueden ser una adición valiosa, especialmente para personas con dieta restringida o mayor necesidad antioxidante debido a factores ambientales o agotamiento mental. Sin embargo, es crucial no depender únicamente de los suplementos, ya que una dieta equilibrada ofrece una sinergia de nutrientes que los suplementos por sí solos no pueden proporcionar.

También es recomendable adoptar un estilo de vida que minimice la exposición a toxinas ambientales, como el humo del tabaco y la contaminación, que pueden aumentar la carga de radicales libres en el cuerpo. Practicar técnicas de relajación y asegurar una buena calidad de sueño también son estrategias efectivas para combatir el daño oxidativo.